Discursos de boda ¿Quien y como?


DISCURSOS DE BODAS, ¿QUIEN, COMO Y CUANDO?

Decir unas palabras no es nada sencillo, si no está uno acostumbrado a hablar en público.

Brevedad, claridad y no contar detalles íntimos o privados.

En una boda se hacen muchos preparativos para que todo salga bien. La lista de invitados y las invitaciones, el traje de la novia, el vestuario del novio, la iglesia, ayuntamiento o el juzgado, el establecimiento del banquete, etc. Pero en muchas ocasiones se olvidan algunos puntos importantes que tendrán lugar a lo largo del desarrollo de la celebración de la boda. En este caso hablamos de los discursos. ¿Quién los hace? ¿Cuándo hablar? ¿Qué decir?

No siempre se dan discursos o unas palabras de agradecimiento, pero si es importante agradecer a los invitados su presencia, amén que se haga posteriormente de forma verbal o escrita.

¿Quién habla?

Generalmente hablan los padrinos, o alguno de ellos, y posteriormente los novios. En algunos casos, habla una dama de honor, o algún buen amigo de los novios.

¿Cuándo hablar?

Generalmente, a la hora de los postres y el café. Pero pueden existir otras costumbres que pueden variar este orden de intervención.

¿Qué se dice?

Por regla general, se da las gracias a los asistentes, y puede, que se digan unas palabras sobre los novios. Si interviene algún amigo es posible que cuente alguna anécdota, nada grosero ni de poco gusto, sobre los novios, sobre cuando se conocieron, etc.

Nunca se cuenta nada negativo de los novios o de su familia. Tampoco es correcto hablar si se ha bebido más de la cuenta.

Para evitar los nervios, si no está acostumbrado a hablar en público, es adecuado tener una pequeña tarjeta o cuartilla con lo que se quiere decir. La improvisación es buena, siempre que sepa cómo hacerlo. Si quiere que todo salga muy bien, puede practicar su intervención a solas o delante de un espejo o de otras personas.

Hay que hablar despacio, claro y con una buena pronunciación, que todo el mundo le entienda. Cuidado con los gestos y el lenguaje corporal. A veces se dice más con el cuerpo de lo que se quiere decir con las palabras.

No debe prolongar su intervención más de dos o tres minutos. La gente está celebrando el banquete y no quiere escuchar largas intervenciones.

Ya está preparado, respire hondo, relájese y adelante, los invitados están con usted y esperan que su intervención sea breve, agradable e incluso, con un cierto toque de humor.

Via. protocolo.org