Llegado el momento del compromiso y la boda, y cuando ha pasado la luna de miel y la pareja dispone a vivir la vida real como es, algunos desencantos no tardan en hacerse sentir, es parte del convivir en pareja cada uno tendrá sus cosas que no gusten al otro y ambos irán aclimatándose a la situación, después de todo aceptarse como son es parte del “ser pareja”. Pero muchas mujeres suelen quejarse de que ellos pierden interés, que quizá ya no charlan con ellas como cuando eran novios y que hasta las consideran llegado el día, tontas y poco interesantes. Y esto sucede pese a que ellas siguen siendo tan bonitas físicamente como cuando las conocieron, se preocupan de su apariencia y de lucir bien…será que quizá olvidaron cultivar también aquello que también contó a la hora de ser elegidas como la “mujer ideal”, ser interesantes.
No necesitan convertirse del día a la noche en una sabedora de la ciencia o los deportes, no hay tal de ello en esta situación. Solo deben ser las mujeres que solían ser, las que gustaban de charlar y las que tenían siempre temas más allá del precio de los abarrotes, el pago de la electricidad, lo duro que es trabajar y cuidar la casa y otras tantas quejas de hoy, que no estamos diciendo que no deban externar a su pareja, pero cuando se vuelven el tema de conversación de siempre, tengan por seguro que a él no le parecerá ni agradable ni interesante charlar.
Atiende a no perder la confianza en ti misma porque casada te piensas, que ya no debes ocuparte de ti, quizá él está ahora para ocuparse de ti en algunos aspectos, pero la mujer que eras soltera sigues siendo de casada, no pierdas tu confianza y tu personalidad. No seas negativa, muchas veces él querra también estar solo consigo mismo, no pienses que eso es que no te quiere ya, acepta que igual un día tu quieres quizá estar con tus pensamientos o sencillamente callar.
Sé tierna como solías ser cuando eran novios, quizá elogiabas su trabajo y te parecía interesante lo que te contaba, estabas al tanto de su llegada para pasar un rato agradable quizá charlando quizá en silencio, no dejes que eso se pierda. Demuestra que has dado el paso de chica soltera a mujer casada, ya no eres irreflexiva, infantil o caprichosa, y si estos modos de actuar se han pegado a tu personalidad es hora de trabajar para erradicarlos. Demuestra que te gusta y sé romántica tanto como puedas sin caer en el exceso claro está.
Mantente informada de todo lo que te interesa y del mundo en general, recuerdas cuán interesante podían armar una charla sobre muchos tópicos cuando aún eran novios, seguro que eso lo hacía sentirse cómodo contigo. No olvides que a la par de tu apariencia también le importa tu personalidad, y es la personalidad lo que más estimará de ti con la convivencia, sé paciente, solidaria, comprometida, leal y sincera, sobretodo confiable después de todo esperas vivir con él el resto de tu vida, es mejor convertirse de una vez en esa mujer con la que pasará mucho tiempo y que sea la misma mujer agradable que un día eligió.
Fuente: bodahoy.com